viernes, 19 de febrero de 2010

Llamado de atención

Acá parado, ni para atrás ni para adelante. Acá parado. Tuvo su momento de emoción cuando empezó porque todo era nuevo y era lindo descubrir y fantasear lo que iba a aparecer y la que iba a pasar, y era lindo vivir lo no vivido. Y tuvo su momento de miedo también, porque lo anterior fue bueno cuando empezó, pero después fue aburrido, igual que este momento. Me resbalé y puteé porque casi me caigo. Ahora creo que me hizo bien porque miro un poco más. Y aunque me gustaría, ya no depende mí, porque la luz tiene que cambiar de color, porque depende de lo que hagan los demás, y cuando me llegue el momento, si es que me llega, y cuando me den ganas, voy a avanzar. Y ahí va a empezar de nuevo todo lo nuevo.

Cruzás la calle y se te va la vida.

Mandado a hacer

Si te llamo que necesitás espacio, sino te doy bola es porque me hago el canchero. Si soy cariñoso soy un pesado, si me hago el interesante soy un superado. Si te llevo flores soy un grasa, si te presento a mis viejos que quién me creo que no sos mi novia, sino te los presento no te tomo en serio. Si tus amigas me parecen megaboludas que soy un forro, sino te lo digo que soy un mentiroso, si estás mas flaca es porque estabas gorda, sino te digo nada soy un desconsiderado.

Si te miro con ganas soy un pajero, si salgo con los chicos te enojás, si me hago amigo de tus amigas te ponés celosa.

Te intereso y no me das bola, no te muevo un pelo y me das la mano.

Besás, abrazás, cuchicheás, mensajeás y vas al baño y meas de la mano con tu amiga. Pero no te vas a olvidar que te manchó el vestido que le prestaste.

Organizás tu cumpleaños del Viernes a la noche desde el Lunes a la mañana, y cuando llegan los invitados se te ocurre que puede ser una buena idea enfriar la cerveza.

Te enojás si me emborracho, sino trato bien a mis viejos, si estoy gordo y sino te voy a buscar.

Y sabes qué nena?

Me encantás.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Oda a la vagancia

(baratito, pero real)
Hoy dije que no, que no, que no,
te apagué despertador maldito,
aniquilé tu voz de pito,
y me quede acá, en mi cama,
pensando que mañana,
quizás tenga que pagar,
evitar el malestar
de hoy no trabajar.

Planté la bandera,
y al grito del ocio,
sin hacer ningún simposio,
tomé la decisión
de hoy, ché, ser remolón.

Allá ustedes ñoños aplicados,
allá ustedes platos apilados,
allá ustedes jefes del mundo.
Hoy dedico todos mis segundos,
en hacer un bostezo universal,
en vivir como un animal.

Hoy no hago, y lo grito,
hoy no hay atasque,
hoy no hay tensión.
Miren a los rígidos
como envidian a los deudores.
Miren a los trajes
sofocados por el equipaje
de la rutina irrompible.
Yo hoy me hago accesible,
hoy no pago peaje.

No critiques mi goce
me levanté a las doce,
lo pensé un momento,
saludé a los elementos,
Y con una sonrisa privada
me metí de nuevo en la cama.

Porque te digo hermano,
prefiero andar pecando
que vivir remando.


Creía que ser predecible,
ordenado, educado y prolijo
era bueno, así, por naturaleza.
Ahora se me grabó en la cabeza
que tener esa certeza
no sirve para nada.

Porque te digo hermano,
más vale errar y vivir
que ser para cumplir.


Mirá como me río.
Y, tranqui, no es desafío.
Es que puedo ver tu hastío,
por eso,
copate y hacé lo mío,
que lo demás importe un comino.
Disfruta del ocio amigo.




domingo, 17 de mayo de 2009

Defensa de la alegría

Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas


defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos

defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias

defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres
defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas, de la risa
defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar y también de la alegría.


Mario Benedetti (14/9/1920-17/5/09)

jueves, 12 de febrero de 2009

A la que tenga que ser

(me puse romántico y meloso, nose que pasó)

Me gustaría conocerte al estilo hollywoodense. Como que yo sea un profesor joven e interesante y vos mi alumna linda e incisiva, o que estés caminando y se te caigan unos papeles, yo te los levanto y zasss, flechazo en el miocardio. También me gustaría conocerte sin mucho revuelo. Que nos parezcamos interesantes, que yo te invite a salir, que te mande mensajes, que te llame. Y que en algún momento, nosotros y nuestros cuerpos, se hablen de verdad y hagan planes para el futuro. Sobre todo me gustaría mucho conocerte, y morirme de amor por vos.

Me gustaría que me gusten cosas muy tuyas y que a vos te gusten cosas muy mías. Como tu adicción a los culebrones de media tarde, o la forma en que le miento a los taxistas cada vez que me subo. Voy a saber cosas tuyas y me va a encantar guardar conmigo esos secretos y dividir por dos la cruz de lo indecible.

Me gustaría que no te tomes muy en serio a vos misma y que sonrías mucho. Sobre todo que no me tomes en serio a mi y no me creas nada de lo que te digo, pero que me mimes mucho y me escuches preocupada cuando te pongo cara de puchero.

Me gustaría que nos duela la panza de reírnos hasta el punto de llorar pidiendo el cambio. Y que conozcamos a mucha otra gente y que siempre nos prefiramos.


Me gustaría quedarme en silencio por afuera y por adentro. Y que me invada tu cadencia hasta hacerme reír solo; y quedarme así, en este vaivén; así, en paz; así, enamorado.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Que bien me pone el sol

Quizás quiera el distinguido público que visita este blog que escriba yo acerca de la importancia del Sol en el desarrollo de la vida sobre este planeta. O que escriba cuan importante es la incidencia de esta Bola de Fuego en los hábitos diurnos y nocturnos que rigen la existencia de la flora y de la fauna que cubre a la tierra. Pero la verdad es que la ciencia no tiene nada de sentimientos, y no existe objeto inanimado que me produzca más sensaciones que el Sol.

Para empezar, puedo decirles una cosa. Los días que me levanto y veo el Sol, tengo pilas para todo, las cosas son buenas porque si. Los días que me levanto y no lo veo, solo la inercia de la rutina hace que me vaya a desayunar y continuar con la sucesión de eventos programados. Es que sol...el sol se va al carajo.

Y se va al carajo porque es el único capaz de hacer que todas las burras más lindas de la capital fede
ral, salgan de sus guaridas invernales, se pongan esas musculositas no aptas para cardiacos y vayan a caminar por Sta. Fe. Pero es que es verdad, salir a comprar yerba al kiosco parece una fiesta! Me dan ganas de que la boliviana que vende bombachas, sea un mozo con una chopera y que mi Mp3 se escuche al taco por toda la ciudad para poder ponerme a bailar como un enajenado. Los escotes me cruzan a diestra y siniestra, y me mareo de darme vuelta para no perder ni un centímetro cuadrado de piel. Por momentos envidio a los porteros, que desde su posición privilegiada, pasan piropeando y escaneando absolutamente todas las mujeres que se dignan pasar por su edifico. Me encanta caminar, con mis hojotas, mis bermudas, mi musculosa y ver a lo motoqueros encarándose de forma grotesca a una oficinista medio putona que espera en un semáforo en microcentro, él desde su moto absolutamente desquiciado por una respuesta y ella que desde la esquina se ríe y mira para abajo. Y yo no puedo evitar agradecer este paisaje genial, donde las hormonas parece que se me despiertan, y cualquier lugar es bueno para iniciar una conversación con una dama. Nunca me fue tan fácil pasar de un “Che, tenés fuego?” a un “Listo, quedamos el viernes para la diez, te llamo mañana”. He llegado a pensar que salir a correr podía llegar a ser un refugio seguro para salir de esta hipnosis callejera, pero nunca me equivoqué tan fiero. Entre los enteritos Nike que se ajustan tanto que te da bronca, y las elongaciones después de correr, quedo sin rumbo por lapsos de tiempo que me pueden costar la vida si estoy trotando sobre un terreno irregular o cerca de alguna avenida cargada. . Y saber que todo esto: éste estado de ánimo bien arriba (entendelo como quieras), estas ganas de salir de mi casa y conocer cosas, es culpa del Soberano de Arriba a mí me hace quererlo como a nadie.

Que decir de cuando me pongo a pensar en esos programas que sin él parecen ridículos e incómodos. Si es invierno: “Che amiguito, nos juntamos a tomar una birra en el bar de la vuelta?”, “Estás loco hermano?. Son las tres de la tarde y tengo que laburar un montón todavía”. El frío es vil y mal consejero y las nubes son tristeza. Si es verano: “Che amiguito, nos juntamos a tomar una birra en el bar de la vuelta?”, “Uuuu, alta idea, ahora me escapo del laburo y paso por el cajero. Nos vemos en 15.” El Sol es sabio consejero y amigo fiel hasta el final. Es que es así, el Sol
me hace bien. Y me junto con mi amigo, y nos pedimos una birra, y después nos pedimos otra y otra más, y llega un momento en que son las 5 de la tarde, los rayos cálidos de luz me están acariciando la cara y los brazos por la camisa de manga corta, y la birra que transpira y me mira, y la gente que pasa contenta. Ellas porque están más lindas y ellos por la misma razón. Y yo que estoy como quiero, y me brota desde lo más hondo esa sensación de bienestar, ese olor a verano que me seduce y esa expectativa que genera el fin de año y la perspectiva de un año mucho mejor. Me convenzo a mi mismo que es imposible estudiar con el Astro Rey rondando mis días, y me relajo en forma profunda, y me pongo a cantar bien bien fuerte pensando que afino.

La canción “Hace calor” de Los Abuelos de la Nada describe en forma sublime la sensación que me prov
oca el verano y el asociado período de vacaciones. Saber que alcanza con las hojotas y con el traje de baño, saber que dentro de no muy poco voy a poder meterme en el mar y barrenar olas a pelo y reírme de cuando estaba estudiando como si realmente me gustara. Esas cosas hacen que sonría, mire hacia el cielo y lo descubra ahí, guiñándome el ojo. Si sabrá de esto este Personaje Brillante. Que lindo es cuando mi mayor problema consiste en decidir que es lo que voy a hacer a la noche, o si ir al gimnasio a la mañana o a la tarde. Y en plena época de rendida, cuando todo parece venirme mal y costarme un Perú, me acuerdo de eso y me nace una linda nostalgia. Me acuerdo de subirme al auto para manejar en patas y tener que sacudirme la arena antes de entrar, o de estar quemado y sentir como crece en contraste de colores cada vez que me saco el calzoncillo. Siento como mi cuerpo me pide que vuelvan esos días de playa que tienen mucho mar, mucho chamuyo diurno, mucho mate, mucha luz y mucha guitarra cuando cae el sol. Y llegar a mi casa a eso de las 10, bañarme y descorchar, y arrancar la noche con la cara bordó y una energía que parece no acabarse.

Por eso
, en este período prevacacional de Noviembre-Diciembre, en que se viene la época de cerrar balances, de rendir finales, de concretar proyectos, agradezco en forma superlativa la presencia de Febo. Porque el Sol es, por definición, alegría, buen humor, símbolo de vida, esperanza, juventud, e inquietud de la buena.



domingo, 2 de noviembre de 2008

La onda verde

Que linda es la onda verde y sentir que avanzo en mi ciudad que conozco. Me siento fluir por las arterias asfaltadas, como un pulso vital que me despierta. Y vivo, y miro, y respiro, y vivo mucho más. Me quiero tragar el aire fresco que entra por mi ventana, y reírme mucho, desafiando a la muerte y al atasque. Te quiero onda verde, como a los regalos que no espero, como a tentarme en clase, como a meterme el dedo en la nariz, como a sentirme parte de lo bueno.